Recorriendo el mundo a través de su cocina: un viaje foodie imperdible
- confortisilvi
- 10 oct
- 15 Min. de lectura
Recorriendo el mundo a través de su cocina: un viaje foodie imperdible es la manera en que me gusta vivir cada destino. Porque viajar no solo se trata de recorrer monumentos o seguir itinerarios: también es dejarse llevar por los sabores, los aromas y las tradiciones que se esconden en cada plato.

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Cuando viajo, además de conocer un lugar a fondo, me apasiona recorrer escenarios de pelis o libros que me marcaron, visitar las casas-museo de mis escritores preferidos… y perderme entre mercados locales, probando todo lo que puedo y sumergiéndome en la cultura gastronómica del lugar.
Algunos de los recuerdos que tengo para siempre grabados en mi memoria, es la de una mañana de abril, muy cercana a las Pascuas, cuando paramos a desayunar una baguette recién horneada en una pequeña boulangerie a pasos de Notre Dame. O mis almuerzos entre tours en la barra de un bar madrileño, muy conocido en ese momento, para disfrutar el más rico emparedado de huevo. Recorrer un mercado de especias en Sudáfrica y dejarme envolver por los colores y aromas del lugar. Saborear el sandwich de pastrami típico de un deli de New York, que aparece en una famosa escena de película. Y así muchos recuerdos más!
Hoy los invito a acompañarme en un viaje foodie imperdible por distintas ciudades del mundo, para viajar con el paladar aunque todavía no tengan la valija lista. Una linda manera de recorrer el mundo a través de su cocina.
Madrid: el tapeo que nunca termina.

Madrid siempre tiene algo que ofrecer, sin importar cuántas veces se la visite.
Es una ciudad que late fuerte, que combina historia y modernidad con una energía contagiosa. Entre sus plazas llenas de vida, sus museos, sus bares y ese ritmo que no se detiene, hay un rasgo que la define por completo: su amor por la buena mesa. Comer en Madrid no es solo una pausa entre paseos, es parte de la experiencia. Y por eso decidí comenzar este viaje foodie imperdible por acá.
En Madrid, comer es casi una celebración diaria. No hay nada como empezar la mañana con un chocolate espeso y unos churros recién hechos, o hacer una pausa entre paseos para probar una tortilla jugosa o un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor. Las tapas son otro ritual imperdible: se comparten entre amigos, con una copa de vino o una caña bien fría, en esas barras donde el tiempo parece detenerse.
Y si hay algo que define el espíritu madrileño, son sus mercados. El Mercado de San Miguel, con su ambiente animado y sus puestos llenos de delicias, es una parada obligada para quienes disfrutan picar un poco de todo: jamón ibérico, mariscos, croquetas, quesos o una copa de cava para brindar. Pero también vale la pena explorar mercados más locales, donde se mezclan los aromas de frutas, especias y comidas caseras, y donde uno puede sentirse parte del pulso cotidiano de la ciudad.
Qué comidas no te puedes perder, que son muy típicas de esta ciudad?
churros y porras con chocolate
bocatas de calamares rebozados (bocadillos)
callos a la madrileña
Huevos rotos con jamón, pincho de tortilla, patatas bravas
cocido madrileño (una especie de guiso de garbanzos)
tortilla de papas
Y dónde comer?
Ya hablamos del Mercado de san Miguel, pero además:
Pastelería "La Mayorquina": una de las cafeterías más emblemáticas de Madrid. Ubicada en Puerta del Sol 8. Famosa por sus ensaimadas, napolitanas y palmeritas.
Chocolatería San Ginés: en Plaza Mayor, dónde pasar a comer los churros con chocolate.
Bar La Campana y Bar El Ideal: dos lugares, también en Plaza Mayor, para sentarse a comer los famosos bocados de calamares rebozados (son tipo sandwich).
Mercado de San Fernando: otro mercado, pero en el Barrio de Lavapiés. Ideal para ir los fines de semana, que abren numerosos bares y restaurantes.
Don Botín: cocido madrileño y lechón, recomendado por locales. Su horno lleva desde 1800 sin parar! Dicen que hasta los Reyes van a comer allí! 4.3* - C. de Cuchilleros 17-
Lucio: en el barrio de La Latina, famoso por sus huevos rotos. C. de la Cava Baja 35
La Carmencita: 2da. taberna más antigua de Madrid. Ubicada en Chueca, aquí hay callos, jamón ibérico, etc. - 4.0* - C. de la Libertad 16
Fatigas del Querer: buenas tapas, con decoración pintoresca. Croquetas de jamón,
huevos rotos y chuletón a la piedra. Calle de la Cruz 17 (4.4*) - Barrio de las Letras.
El Tigre Sidra Bar: raciones y tapas de gran tamaño, barato y de toda la vida. Calle de
Hortaleza 23 - (4.0*)
Secretos de Lola: si van con niños, o son fans de Disney, tienen esta opción en el barrio de La latina - C, de la Cava Baja 21 - Aunque creo que es más la pinta, que la comida!
Algunos recorridos gastronómicos que te pueden interesar:
Madrid: tour a pie de vinos y tapas. Este tour lo hicieron algunos de mis viajeros y les gustó muchísimo! Visitan 4 bares, algunos muy antiguos, con tapas y bebidas incluidas.
Madrid: Mercado de San Miguel y tour a pie de comida callejera. No solo tapas, terminan en una chocolatería!
Madrid: Tapas, tabernas y tour histórico: un paseo gastronómico, divertido e informativo, por el centro histórico de Madrid.
Madrid: Visita guiada a pie, con churros y chocolate caliente. Un menú infaltable si visitas Madrid.
Madrid deja un sabor difícil de olvidar. Y mientras el eco de las tapas y el aroma del café aún quedan en la memoria, el viaje continúa… porque cada destino tiene su propio modo de conquistarnos a través de la comida. Nos vamos a nuestro siguiente destino foodie imperdible:
New York, la ciudad que nunca duerme.

New York, la ciudad que nunca duerme, es un festín para los sentidos… y para el paladar. Cada barrio tiene su propia identidad gastronómica, y caminar por sus calles es dejarse sorprender a cada paso. Desde los rascacielos de Manhattan hasta los barrios más bohemios de Brooklyn, la ciudad vibra con aromas, sabores y culturas que se entrelazan en cada esquina. Comer en Nueva York no es solo una necesidad: es una experiencia que refleja su diversidad y su energía imparable.
Aquí, los clásicos no fallan: un bagel recién horneado con cream cheese, un hot dog callejero mientras paseas por Central Park, una pizza al estilo neoyorquino con bordes crujientes, o un pretzel gigante que acompaña el ritmo de la ciudad.
Pero New York también sorprende con delicias de todos los rincones del mundo: dumplings chinos en Chinatown, tacos en Queens, ramen japonés, y cafés y pastelerías de Europa que parecen transportarte a otra ciudad.
Comer en Nueva York es viajar sin moverse del lugar.
Y si hablamos de mercados, Chelsea Market es un imperdible: lleno de puestos de productos locales, comida artesanal y sabores internacionales. Pero además:
Delis: Los encuentran alrededor de todo Manhattan, y son algo así como pequeños supermercados, que además tienen barras de comida, ya sea fría o caliente. Tipo
“comidas al peso”. Generalmente es para llevar, y luego se pueden sentar en alguna plaza a hacer un mini picnic, aunque también los hay que tienen mesitas.
S'Mac: para comer los famosos "mac & cheese", los sirven de todas las formas posibles. En el East Village.
Mamoun's: si prefieren falafel, este local vende comida de Oriente Medio. Hay vs. locales, entre ellos en Greenwich Village y frente al Washington Square.
Shake Shack: Para algunos, esta cadena sirve las mejores hamburguesas de Nueva York. Al menos, es una opción genial para algo rápido y rico, con locales por toda la ciudad.
Gray’s Papaya: este está en el Upper West Side, y son los reyes de los hot dogs baratos y
ricos.
Katz's Delicatessen: uno de los más famosos, especialmente si vieron la peli “Cuando Harry conoció a Sally”. Pero además, Conocido por sus deliciosos sándwiches de pastrami, elaborados con una carne curada durante 30 días, a los que puedes añadir distintos complementos además de salsas. Esté en el Lower East Side, 205 E Houston St
Juliana’s Pizza: Ubicada al lado del emblemático puente de Brooklyn, esta es una de
las pizzerías de Nueva York más conocidas y recomendadas. La carta tiene 4 tipos de pizza clásicas (margarita, marinara, blanca y calzone) además de 6 pizzas especiales. Dejá lugar para probar sus cannolis! 19 Old Fulton St
Luke’s Lobster: aunque con precios más elevados, los bocatas de camarón, langosta y
cangrejo están muy buenos. Repartidos por la ciudad, estos pequeños restaurantes sirven en unas pequeñas cajas de cartón estos sándwiches.
Carmine’s: Quizás sea uno de los restaurantes más famosos o uno de los más conocidos. Especializados en pasta, aunque en la carta tienen muchos más platos. Sirven raciones abundantes, que te obligan a compartir platos. Tiene una sucursal en Times Square y otra en Upper West Side.
Cupcakes: puedes probar en Magnolia Bakery (de Sex & the City), Molly's Cupcakes (por su variedad), Billie's Bakery (ambiente acogedor y sabores clásicos), entre otros.
Algunas recomendaciones de recorridos:
NYC: Visita guiada por el SOHO, Little Italy y Chinatown. Recorré barrios emblemáticos, mientras disfrutás de unos cannolis.
NYC: Bares secretos y experiencias Speakeasy: descubre los bares más secretos, mientras disfrutás de buena coctelería.
NYC: Tour Gastronómico por el West Village. Disfrutá de 7 paradas gastronómicas por este famoso barrio neoyorquino.
Nueva York tiene esa magia de dejarte lleno, pero con ganas de seguir explorando. Y así, después de esta parada en la Gran Manzana, cerramos nuestro segundo recorrido foodie por el mundo, y nos vamos a una ciudad que, por su historia, ambiente y cocina, está siempre en mi corazón....
Roma: el corazón de la cocina italiana

Tendría que comenzar explicando que, si bien soy porteña, nacida en Argentina, vengo de una familia italiana. Entre las cosas que heredé de mi familia, es el amor y el gusto por la cocina mediterránea. Pero especialmente pastas, pizzas, cafés y tiramisús están entre mis comidas favoritas!
Roma, otro de nuestros destinos foodies imperdibles, es una ciudad que se vive despacio, entre historia, arte y aromas que te envuelven en cada esquina.
Caminar por sus calles es sentir que cada piedra tiene algo para contar, y que entre ruinas y fuentes también se esconde uno de los mayores placeres de viajar: su cocina. Porque si hay algo que los romanos saben hacer bien, es disfrutar de la comida con pasión y sin apuro.
Debo decir que en muchas otras ciudades de Italia podemos disfrutar de la buena mesa y sabrosos platos, que incluso heredamos aquí en Argentina. Y que sin duda los las tendremos en cuenta en nuestros próximos recorridos foodies.
En la capital italiana, cada plato tiene alma. No se puede visitar Roma sin probar una buena pasta cacio e pepe, una carbonara auténtica (de verdad, sin crema 😄), o una porción de pizza al taglio, de esas que se compran al peso y se comen caminando. Tampoco faltan los clásicos como la supplì (croqueta de arroz con queso fundido), el gelato artesanal y, por supuesto, un espresso bien corto para cerrar cualquier comida (cuidado con el café: tiene sus normas y tiempos que charlaremos en otro posteo!!).
Comer en Roma es rendirse al placer simple de los sabores bien hechos.
Los mercados son otro capítulo aparte.
El Mercato Centrale, ubicado dentro de la estación Termini, es una parada perfecta para probar productos locales, pastas frescas, embutidos y postres típicos en un ambiente moderno y animado.
Pero si quieres sentir la Roma más auténtica, nada como cruzar el río hacia Trastévere, con sus callecitas empedradas, luces cálidas y trattorias familiares donde cada mesa parece contar su propia historia. Allí, entre risas y copas de vino, Roma se muestra tal cual es: vibrante, sabrosa y llena de vida.
Algunos sitios para comer que no te puedes perder:
Restaurante La Canónica - la mejor lasaña - Ubicado en el barrio de Trastevere, pasta fresca, ravioles y pizza. 4.4* - Vicolo del Piede 13a.
Caffee Settimiano: también en el Trastevere, ideal para desayunar. Dicen los mejores tramezzinos/ sandwich de migas tostados. Pero también pastelería italiana - 3.5* - Via di Porta Settimiana 1
Alfredo Alla Scrofa: reconocido por sus famosos "fettuccini Alfredo", un restaurante bastante antiguo, con mucho turismo, pero interesante. 4.0* - Via de la Scrofa 104/a
Osteria Da Fortunata: hay varias sucursales, les paso la dirección cercana al Panteón. Nace en el 1921, de la mano de Fortunata, y hoy se come la mejor carbonara. Uno de los mejores restaurantes de Roma - La cuenta es un poco alta, pero muy popular entre los turistas. Pasta hecha delante del cliente - 4.7* - Piazza de la Rotonda 6
Cafe Teichner: café con salsa de chocolate. Está situado en Piazza di S.Lorenzo in Lucina 15. Es un café que combina el sabor intenso del café con la dulzura del chocolate. Al lado de la Via del Corso, para pasear y comprar ropa.
Felice A Testacio: restaurante dedicado a la cocina romana, con los mejores "cacio e pepe". 4.3* - Via Mastro Giorgio 29 - Barrio Testaccio -
Tonnarello - en el Trastevere - taberna tradicional con muy buena cocina - 4.7* - V. della Paglia 1, 2, 3.
Two Sizes: el mejor tiramisú, aunque también encuentran cannolis. Además de los "2 tamaños", tienen 5 sabores diferentes de tiramisú (mi postre preferido, después del helado!!!). 4.8* - V. del Governo Vecchio 88 - Campo di Fiori.
All' Antico Vinaio: bocatería (sandwiches) varias sucursales, entre ellas el Panteón, Termini o Via del Corso. Esta cadena se encuentra también en Florencia y Venecia. 3.6*
Explorá estos tours:
Roma: Excursión al atardecer en carrito de golf con guía local y helado. Mis viajeros amaron estos tours, y ahora me los piden siempre! Son 2 horas de recorrido, muy divertido. Una forma diferente de conocer la ciudad.
Roma: Sabores de Roma: un tour gastronómico histórico: un tour por el antiguo mercado de Roma, dónde degustarás manjares locales.
Roma: auténtica experiencia gastronómica en un restaurante romano y vino: cena en uno de los mejores restaurantes de Roma, con menú de 2 o 3 platos.
Si Roma invita a disfrutar la comida con calma, Osaka te conquista con su energía.
Esta ciudad japonesa, moderna y luminosa, tiene un carácter propio que se respira en cada esquina: alegre, hospitalario y absolutamente amante de la buena comida. No por nada se la conoce como “la cocina de Japón”. Aquí, comer es un acto cotidiano de felicidad.
Osaka: la capital del street food

Osaka vibra entre puestos callejeros, neones y aromas irresistibles.
En el animado barrio de Dotonbori, los carteles brillan sobre el canal mientras los cocineros preparan frente a vos clásicos como el takoyaki (bolitas de masa rellenas de pulpo) o el okonomiyaki, una especie de panqueque salado que combina repollo, panceta y una salsa adictiva. También están los kushikatsu, brochettes rebozadas que se sumergen en una salsa compartida (sí, solo una vez por persona 😄), y las pequeñas izakayas donde cada plato se acompaña con una sonrisa y un “kanpai” (según dicen los habitantes de Osaka son más relajados, sonrientes y amigables que en Tokio).
Para quienes aman los mercados, Kuromon Ichiba es una parada imprescindible. Allí todo se ve, se huele y se prueba: desde mariscos fresquísimos hasta frutas exóticas, dulces japoneses y té matcha en todas sus versiones. Ubicado en el distrito de Namba, Osaka, es el lugar perfecto para entender por qué la comida aquí no es solo un ritual: es parte del pulso de la ciudad.
Algunos sitios recomendados:
Rikuro Cheesecake: famosa torta de queso, ligera y esponjosa, de Osaka. Seguro la viste ya en las redes! La llaman la "tarta jiggly" (o temblorosa), y suavidad similar a "una nube". Se sirve caliente. No dejes de probarla!
Gyozaoh! Dotonbori Store: Un restaurante para amantes de las gyozas. Por si te estás preguntando qué son, te cuento que son empanaditas de masa fina rellenas rellenas de carne picada (cerdo) y verduras, y cocinadas a la plancha para que la base quede crujiente, mientras que la parte superior se cocina al vapor. En el centro de Osaka, Dotonbori.
Shinsekai Kushikatsu Ittoku Dotonbori: mariscos, comida frita japonesa. 4.9* - Se puede disfrutar de la comida en una terracita mirando al Río Dotonberi.
Ramen Jinsei Jet: muy popular entre los amantes del ramen. Ubicado en Fukushima - 3.8*
Kankando ( o Kankandou): popular panadería (bakery) que hace unos dulces y pequeños pastelitos que se sirven en palillos. Ubicada en el área de Shinsekai, Osaka.
Takoyaki Wanaka Sennichimae: uno de los mejores lugares para probar los takoyaki: una especie de buñuelos rellenos de pulpo. Con varias variedades. 4.3* - Chuo Ward
Algunas opciones de tours que te pueden interesar:
Osaka: Tour en grupo reducido, grandes sabores y secretos locales ocultos: 2 horas disfrutando de al menos 15 platos por las calles de Osaka con guía experimentado.
Osaka: Disfrutá de la ceremonia del té Zen y un baño de pies de 45 minutos: con explicaciones de las tradiciones japonesas e historia del matcha.
Osaka: Tour gastronómico por el Mercado Kuromon con guía local profesional: 2 horas probando la comida local y callejera, aprendiendo de las costumbres.
Osaka tiene esa magia de dejarte lleno, pero con ganas de más. De sabores, de calles iluminadas, de esa calidez que te hace sentir parte de algo. Y así, con el recuerdo de un takoyaki recién hecho, seguimos viaje hacia un nuevo destino de este recorrido lleno de aromas y sabores. Nos vamos al otro extremo del mundo, a....
Buenos Aires: tradición y pasión en la mesa

Este destino tendría que ser el más fácil de contar, ya que soy local, pero sencillamente no lo es!!! Tengo tanto que escribir, que prometo hacer un solo posteo de los lugares de cada barrio dónde comer, y qué comer! 😉
Buenos Aires es una ciudad de contrastes que se siente en cada bocado. Entre avenidas anchas, cafés históricos y barrios que parecen contar historias propias, la gastronomía porteña refleja su alma: una mezcla de tradición, influencias europeas y creatividad sin límites. Comer en Buenos Aires no es solo saciar el hambre; es un ritual social, una excusa para encontrarse y compartir momentos.
Aquí, los clásicos nunca fallan: una empanada bien jugosa, un choripán al paso, la mundialmente famosa parrillada con cortes que se deshacen en la boca, o un milanesa con puré que recuerda los sabores de casa. Y, por supuesto, no pueden faltar los dulces: dulce de leche en todas sus versiones, alfajores y tortas que acompañan un café en esas confiterías que parecen detenidas en el tiempo. Y los infaltables helados, que comemos en invierno y verano, no importa el clima ni la hora!
Para conocer la ciudad con el paladar, hay que perderse por sus barrios y mercados.
El Mercado de San Telmo es un clásico: aromas de quesos, panes artesanales, especias y productos locales te invitan a explorar y probar sin prisa.
Caminando por Palermo, los cafés modernos y los puestos de street food muestran la creatividad gastronómica porteña, mientras que en La Boca y Recoleta se siente el pulso más tradicional, con parrillas y bodegones que se han transmitido de generación en generación. Pero no todo queda allí: todos los barrios pueden ofrecer opciones gastronómicas increíbles, como Caballito o el reconsiderado barrio de la Chacarita.
Dónde comer acá? Bueno, hay tanto, que no sé por dónde empezar!
Parrillas: Don Julio, La Cabrera, La Brigada, Fogón Asado, Hierro Parrilla Palermo, El Ferroviario, entre otras.
Choripán: nuestro sandwich favorito: pan criollo con chorizo a la parrilla. En el Mercado de San Telmo, en Chori (Palermo Soho), El Desnivel, la Choripanería. Pero los pueden comer en cualquier parrilla.
Empanadas: tienen que saber que la ciudad está llena de locales al paso con empanadas para llevar. Pero también hay empanadas provenientes de distintas provincias, como las tucumanas o las salteñas. Algunos sitios son: El Sanjuanino, La Cocina, Parrilla Peña, La Aguada, etc.
Bodegones: estos son sitios populares y familiares, con porciones grandes, y precios accesibles. Los encuentran en todos los barrios. Y es dónde van a comer las más grandes, y completas, milanesas. Ya sea con puré, o a la napolitana. También pastas, guisos y carnes. El Preferido, de Palermo, del mismo dueño que Don Julio, es un bodegón "muy chic", muy palermitano, se come bien pero es bastante caro. Otros bodegones son: El Obrero (La Boca), Spiaggi Di Napole (Boedo), El Federal (San Telmo), entre otros.
Merendar? En Buenos Aires los horarios de las comidas se extienden: nuestras cenas con tarde, y nadie lo hace antes de las 9 de la noche. Por lo tanto, tenemos que hacer un pequeño tentempié por la tarde, que nosotros llamamos "merienda". Usualmente, aquí sale a relucir el "mate", con facturas y bizcochitos. Pero también podemos sentarnos en algún café, y tomar esta bebida con medialunas, alfajores o tortas, en medio de una charla con familia o amigos. Ya probaste los alfajores y las medialunas argentinas? Aquí puedes probar bares notables, como La Ideal, Las Violetas o El Gato Negro, entre otros. Pero en cualquier cafecito, taza y medialunas de por medio, lo vas a pasar muy bien!
Helados: bueno, esto para nosotros es capítulo aparte. Amamos al helado, y tenemos buenas opciones en todos lados. Entre ellos, el "ahora famoso" Cadore (yo tomo ese helado desde mi niñez!), RapaNui (también fantástico su chocolate!), Scannapieco, Lucciano's, La Gruta, El Podio, y miles más. De éstos, hay sucursales por toda la ciudad.
Algunos tours que te recomiendo:
Desde Buenos Aires: acompaña a una familia local en una barbacoa argentina: si tienes curiosidad por cómo se vive una parrillada argentina, Betty y Marcelo te esperan para hacerlo cómo si fueras un amigo más. Empanadas, costillar, vinos, y hasta helad de dulce de leche.
Buenos Aires: Asado argentino con música en vivo: asado de 8 platos con vino, música en vivo y la posibilidad de hacer nuevos amigos.
Buenos Aires: Tour gastronómico tradicional argentino y experiencia Michelin opcional: recorrido por los lugares que representan la cultura gastronómica porteña.
Buenos Aires tiene esa capacidad de enamorar con los sentidos: colores, sabores, sonidos y risas compartidas en torno a una mesa. La comida es importante, sabrosa, pero también con quien la compartimos y las charlas de por medio.
De Madrid a Roma, pasando por New York, y de Osaka a Buenos Aires, cada ciudad tiene su propia voz y su manera de conquistar a quienes la recorren con hambre de experiencias. A través de sus sabores, mercados, platos tradicionales y rincones secretos, descubrimos que la comida es mucho más que comer: es una puerta a la cultura, a las historias locales y a los momentos que hacen únicos a cada destino.
Al final, viajar y comer son dos caras de la misma moneda: ambas experiencias nos abren a un mundo nuevo...
Contame en los comentarios: ¿cuál fue el plato más inolvidable de tus viajes?
Y si todavía no viajaste, ¿a dónde te gustaría hacerlo con el paladar?
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Nos vemos en el próximo viaje!





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